Sanlúcar de Barrameda: Desafío Doñana 2017

Sanlúcar de Barrameda: Desafío Doñana 2017

Otra aventura más, y como sospechábamos, esta era de las buenas. Un mes previo con ferias, vacaciones y demás detalles que te invitan a dejarlo para otro año. Hay que ser constantes, o cabezones, llámalo como quieras. No desistir.

En el último mes le hemos dado muchas vueltas a si era una buena idea hacer un reto como este en unas fechas que la mayoría de la gente está descansando, o en pretemporada. Finalmente, se tomó la decisión y fuimos.

La semana antes, el trabajo me tuvo sin poder entrenar ni un solo día, y el viernes salíamos hacia Sanlúcar de Barrameda bien descansaditos. 7 horas más tarde, estábamos buscando el polideportivo en la avenida Bajo de Guía, deseando recoger lo necesario para la prueba del día siguiente.

Nos hicimos la foto de rigor, dejamos preparadas las bolsas para las transiciones, colocamos la bici, y para casa, que había que salir a probar las tortillas “mixtas” de camarones.

Vaya nochecita, apenas si pude dormir. Hasta las 5 escuchando la radio, y a las 8 ya estaba despierto, así que me levanté a desayunar, y al momento salió Javi que también pasaría lo suyo.

El desafío empezaba tarde (11:30), por lo que nos dio tiempo a hacer el tonto un rato para despejar nervios. Salimos con nuestras señoras hacia el polideportivo a por las bicis, y ya quedaban pocos aparcamientos. La gente madruga más que nosotros, siempre. Cogemos las bicis, una foto con cara de susto y ¡venga!, a la salida que esto empieza.

Colocados en la salida, repasábamos a la gente colindante, viendo que iban algunos que parecían se habían colocado allí por algún despiste. Mira esos, si son capaces de terminar, nosotros deberíamos también…

Dan la salida, neutralizada por las calles de Sanlúcar. No sé qué entienden estos por “neutralizada”, si nos llevan a 32km hora, cuando dejen correr verás…

El recorrido de la bici, fantástico. Por buenas carreteras, autovías y con al menos un carril cortado para nosotros. Salimos de Sanlúcar hacia Trebujena, llegamos casi a Jerez de la Frontera, pasamos por el Puerto de Santa María, Rota, Costa Ballena, Chipiona y para casa. Toda una señora vuelta.

Cogimos un buen grupo, unos 10 éramos. Casi todo el tiempo con la gente de cabeza, aunque no empezamos a tirar hasta los últimos 20 km, en una carretera con un firme algo más irregular y con pequeños sube y baja. Llegamos a meta con un tiempo de 3 horas, 13 minutos. Estupendo, ahora tenemos 4 horas para acabar los 30 km de carrera. Todo pintaba bien.
Además, no estábamos muy castigados, a pesar de los 31 de media que habíamos sacado.

Con una tranquilidad pasmosa, dejamos la bici y nos dirigimos a la carpa-vestuario para la transición al nado. La gente se ponía el neopreno, nosotros no, preferíamos hacernos fotos y grabar un pequeño vídeo.

Nos dirigimos al río, alguien nos da instrucciones de como acometer la travesía pues hay corriente. Hago caso omiso, estoy poniendo el reloj en estado “aguas abiertas”. Nos tiramos al agua y nos ponemos a nadar, juntitos, para no perdernos. Nos dio para hacer una broma con un voluntario de una piragua. Enseguida salimos en la otra orilla, ahora queda lo bueno, madre mía 30 kilómetros corriendo por la playa, ¿no podría ser menos?, es que ya tenemos una edad…

Entramos en la carpa de la T2, hay gente estirando, con tirones y calambres. Suerte de no sufrirlos nosotros. Le indicamos a uno como debía estirar para los calambres del cuádriceps, creo que no le debió ir muy bien.

Salimos corriendo, sacamos la cámara y empieza el reportaje. Un avituallamiento cada 2,5 km. La organización de 10. Cada vez que llegábamos a uno alguien salía hacia nosotros a entregarnos agua e isotónica, de esa que se pone azuuul. Aun así, parábamos un poquito a tomar un gajo de naranja, o un gel. No hay que ser descortés, y ya que estaba ahí…

Así fuimos consumiendo avituallamientos, y por ende kilómetros. Siempre íbamos buscando las zonas más compactas, a veces esto suponía tener que atravesar pequeños riachuelos saltando, cuando aún teníamos fuerza en las piernas.

Además de los corredores, varios fisios estaban pendientes en el recorrido que nadie se lesionara. Iban con sus mochilas y atendían a la gente sobre la marcha, otro acierto.

Llegamos al puesto de control de los 15 kilómetros, y un tío solo allí nos dice que pasemos por un pequeño arco para certificar que hemos llegado. Pues eso. Ahora queda la vuelta.

Tenemos la brisa a favor, aunque hubiera sido un huracán. Las piernas iban a su aire. Los avituallamientos tardaban un mundo en llegar, pero llegaban…

A estas alturas, ya había algunos que iban andando, les adelantábamos despacio que no queríamos que se enfadaran y nos volvieran a adelantar…

Los dos últimos se me hicieron muy largos, pero al final veíamos el arco de meta a lo lejos. Ya estaba hecho. Unos 200 metros de arena seca de playa, y la ansiada alfombra azul. Entramos juntos, nos colocan la medalla. Lo hemos conseguido.

7 horas y 26 segundos, reza en la grabación de la parte posterior de la condecoración.

Nos estaban esperando nuestras mujeres, que tuvieron que aguantar pacientemente al sol esas 7 horas que tardamos en terminar el Desafío.
Volvimos al pabellón, en la barcaza que pone la organización. Menos mal que pude coger un asiento.

En el pabellón, el avituallamiento final, plato de pasta, sándwich, bolsa de frutos secos y refresco. No llegamos a tiempo al masaje de los fisios, aunque nos hacía una falta…

Recogimos las bolsas, la bici y nos fuimos para casa a ducharnos, que aún nos quedaba dar una vueltecita por Sanlúcar.

Un reto que empecé con mucho miedo acabó con una tremenda satisfacción, disfrutando de lo que estábamos haciendo, pasándolo bien a veces. Son esos momentos los que hay que recordarse a uno mismo el porqué de tanto entreno, y porque después de jornadas de 10 horas de trabajo, no nos quedamos en casa.

Es lo que tiene ser inquieto. Eso, y rodearse de gente que te apoya y te acompaña. Sin toda esa gente, no hubiéramos llegado ni a la primera de las metas.

Muchas gracias a todos, ellos saben quién son.

Ya no estoy tan seguro de poder decir: continuará…

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Triatlon Hoces de Cuenca 2017

Triatlon Hoces de Cuenca 2017

Este fin de semana hemos vivido una aventurilla de las que me gustan. Amigos, escapada, competición y turismo. En Cuenca.

Sábado por la mañana, mi mujer y yo recogemos a Javi y Raquel, y nos vamos para Cuenca, que hay que comer pronto para estar en el agua a las 15:30. Vaya horas.

Como repetíamos, en el viaje no aparecieron los nervios. Solo charla, bromas y risas. A eso de las 12 entrábamos a Cuenca, con la idea de coger el dorsal, colocar las cosas en la T2 y buscar un sitio donde comer. Repetimos también sitio para comer. El hombre es un animal de costumbres.

Al terminar de comer fue cuando los nervios dicen de aparecer. Comentando la jugada, Javi y yo, intentábamos convencernos de que no los necesitábamos pues con mejorar la marca del pasado año, cosa nada difícil, teníamos más que suficiente. Pues al río, que nos esperan…

Llegamos, hacemos cola y recogemos el chip. Esto parece un triatlón de los de verdad, cosa que se confirmó, cuando pudimos darnos cuenta del nivel que hay en él. Vemos a Alberto, a Juan Carlos y a algunos de sus compañeros del Extermin. Ya vamos conociendo a más gente.

Nos ponemos el neopreno, la crema solar y le hacemos “un par de muescas”, como si del cinturón de un pistolero se tratara. Venga, ya tengo otra tarea más para la semana que viene.
Nos hacemos una foto, en la que parecemos el muñeco de Michelín, que se ha caído a un pozo de petróleo, y nos metemos al río. Fresquito.

Al igual que el año anterior, el bocinazo nos pilla apartándonos del tumulto que se va a pelear por salir los primeros del agua. Esta vez, me he quedado más atrás de la cuenta. Ahora toca adelantar, y pegarme con los que están atrás. Bueno, tampoco adelanto mucho…

Unos golpes más tarde, salimos del agua. 28:37. No está mal, aunque mejorable. Cuando aprenda a competir.

La cremallera del neopreno no baja, desesperación. Me paro y empiezan a adelantarme. Busco entre la gente una cara conocida para que me ayude y no veo ninguna. Sigo andando, va a hacer mucho calor para hacer el sector de la bici en neopreno. Bromeo. Pego un tirón y baja.

Salimos con la bici, tras el penaero de quitarse el neopreno comienza otro. Subir. Tal y como tenía pensado, me “trago” un gel. Me fui encontrando bien, aunque el recorrido era durete. Hasta el km 25, en el que las piernas empezaron a flaquear. A veces, un punto tan importante como es la alimentación, no se debe tomar a la ligera. Ya no tiene remedio. Cuando empiezan los sube y bajas a las piernas no les da para hacer los “sube”. Aunque apretara en las bajadas, no daba para llegar a coronar las pequeñas subidas y nos quedábamos clavados. A todo esto nos seguía adelantando gente.

Cuando entramos a Cuenca sentí una sensación de alivio, quizá pensando que ya no tendría que subir más cuestas. Bueno, quedaba una.

Entramos en la T2, y al bajarme de la bici, mareo. Las cervicales. Levanto la cabeza, y allí está Javi, esperando. Menudo tío. Venga macho, vamos.

Empezamos a correr y me confiesa que no puede con las coplas de un ciego. Petardazo. Pajarón. Yo que soy muy solidario para estas cosas, le digo que lo dejamos. “No”, me dice él. “Termina, que para eso hemos venido“. Nos paramos un par de veces en la primera vuelta, le intento convencer de dejarlo, y gana él. Me convence de que siga, que termine y me deje de sones.

Sigo corriendo, como puedo. No podía imaginar que, a un Ultraman, le pudiera ocurrir algo así. Hasta que pude recomponerme de la situación, me costó vuelta y media en la que fui arrastrando los pies y la cabeza por el recorrido del parque. Solo me despertaba cada avituallamiento, cuando me echaba un vaso de agua helada en la cabeza. En uno de ellos, al pasar el puente, había una señora mayor, regándonos con la manguera de su casa. Que grande!!!

Al final, acabamos mejorando el tiempo del año anterior, pero con una sensación agridulce porque me hubiera gustado bajar de las 3 horas. Me quedé cerca.

Después vino lo bueno.

Salimos a cenar, y tomar algo. Incluso nos dio para bailar un rato. Un poco de diversión, de eso se trata.

Hay una buena organización detrás de una prueba como esta, quizá por eso venga gente con tanto nivel. Esto nos hace pensar si domingueros como nosotros hacemos bien en venir a un evento de estas características. De momento, tenemos casi un año para pensarlo.

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Sprint El Robledo (Trijote)

Sprint El Robledo (Trijote)

Tras la gran experiencia del Medio de Toledo, hemos vuelto a tomar contacto con una competición, en la modalidad de cross y distancia sprint.

Hacía un calor importante, creo que pasaban de los 40º, al menos esa era la sensación cuando nos presentamos a las 2 de la tarde para comer allí, al lado del río donde unas horas después íbamos a estar nadando. Entre chapuzones, para no derretirnos, dimos buena cuenta de la ensalada de pasta que llevábamos preparada. Un café y un rato de reposo.

Llega la hora de recoger los dorsales, cambiamos el coche, algunos nervios para que no se nos olvide nada, zapatillas, portadorsales, el casco. ¿donde he puesto las gafas? ¿los bidones de agua?.

Javi hacía equipo con el Chino, yo iba por mi cuenta. Estamos en el agua, esperando a oír la charla explicativa, refresca. Han modificado los recorridos de la bici, y de la carrera a pie.

Dan la salida y para los más de 140 que nos juntamos allí, empiezan las hostilidades. Algunos golpes y empujones para buscar el sitio en un río con menos agua que de costumbre. Unos 15 minutos de nado, y salimos corriendo para hacer el sector de bici, que era diferente al de años anteriores. Me enredo un poco y pienso que es una buena idea no ponerme los calcetines para ahorrar unos segundos. Al final me daría cuenta que no era tan buena. Las sensaciones no eran las mejores, y nada más pasar el río, empezaron a adelantarme algunos triatletas y ciclistas de los relevos. Nos encontramos con algo de aire y las piernas no iban como yo esperaba. Seguí a mi tran, tran y poco a poco fui recuperando algún puesto, hasta llegar a la última transición, de la que salí más ligero que de la primera.

Empieza la carrera, mi peor sector. Avituallamiento nada más salir, agua, de Mayo. Corro, no quiero mirar el reloj, da igual la velocidad si las sensaciones han mejorado. De repente, veo que puedo coger a uno, no me había pasado nunca…

Luego adelanto a otro, y a otro. Me vengo arriba y llega el segundo avituallamiento, mas agua, de Mayo también, Me hubiera quedado allí, a la sombra, echándome vasos de agua por la cabeza, pero tenía fuerzas y había que terminar. Me doy cuenta que un grupo que tenía delante de mi, se van acercando. Creo que puedo cogerlos. Así ocurre antes del último kilómetro en el que aprieto un poquito más. Llegando al puente, me adelanta la que a la postre se quedó tercera clasificada en féminas. La intento coger pero no llego. Ha estado bien. 1 hora y 23 minutos.

Javi y el Chino, hicieron 1 Hora y 10 minutos, quedando los segundos en la categoría de relevos

Un año más una buena organización, a mi parecer. El sitio, los recorridos mejorados. El post avituallamiento muy generoso. Lo único, el horario. Yo lo pondría por la mañana, a estas alturas del año, hace muchísimo calor.

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Impresionante aventura: Media Distancia de TOLEDO

Impresionante aventura: Media Distancia de TOLEDO

Han sido varios meses de entrenamientos. Muchos días con las ganas justas después del trabajo, y con un tiempo que no acompañaba. Se iba acercando el día y la sensación de mariposas en el estómago, (también se puede llamar acojone) iba in crescendo.

El sábado antes, fui a recoger los dorsales, a escuchar la charla técnica, y a cotillear que es lo que se movía alrededor de este gran reto.
Y llegó el día. Todo pintaba en bastos, hasta el madrugón, (4 de la mañana) iba en mi contra. Como me gusta hacer las cosas bien, la cena anterior fue correcta, y el desayuno también. A la cabeza hay que ir eliminándola excusas, o se agarrará a cualquiera de ellas y te hará parar.

5:30 de la mañana y estábamos subiendo la bici al camión que las llevaba a la T1, que estaba en el pantano de Cazalegas, al que nos transportaron en autobús fletado por la organización. En él, acompañados por nuestras mujeres, humor infantil propio de los nervios previos.

Y llegamos a Cazalegas, un montón de gente, un montón de bicis y, sin tiempo para pensarlo, nos colocamos el neopreno.
A las 8:00 de la mañana, estábamos preparados para empezar. Circuito de 2 vueltas, con salida a tierra y yo, que no me encontraba nada cómodo seguía nadando para pasar el trámite. No se competir, ni contra mí mismo. Esto hizo que el tiempo del sector de natación fuera muy discreto.
Salgo del agua, andando y continuo hasta la T1, para quitarme el neopreno y pasar a la bici que, en principio debía ser mi mejor sector. Ya nos habían avisado en la charla técnica que íbamos a tener aire, y no se equivocaron. 80 kms con aire es demasiado aire para luego correr media maratón, así que pensé que sería mejor no poner toda la carne en el asador, por lo que pudiera venir después.
Fui adelantado varias veces, y tuve como compañeros un buen rato a unos jueces que se empeñaron en que no hiciera trampas, no fuera a ser que ganara.
A pesar del aire, las sensaciones en el sector de bici fueron mejores que en el nado, y llegamos a Toledo guardando algo para el final y, tragándome la transición que la hice a lo me caguen 10.
Bueno, llego a ponerme las zapas y la gorra, me siento en el suelo, claro. Empiezo a correr, sin prisa, sin pausa. Al apoyar el pie derecho la planta me pincha, dolor agudo. ¡Venga ya! Pues voy a seguir, y se me tiene que pasar. Afortunadamente se me pasa antes de salir a la senda ecológica. Este es el tramo en el que tengo que luchar contra la cabeza, que ya empieza a enviar mensajes de que no pasa nada si hay que abandonar.

Agua_antes
Agua_antes

Posado con el Neopreno

Posado con el Neopreno

Agua_Saliendo
Agua_Saliendo

Saliendo del agua. Sin prisas

Saliendo del agua. Sin prisas

T2_2
T2_2

Transición a carrera

Transición a carrera

Corre_Vuelta 2
Corre_Vuelta 2

Acabando la primera vuelta

Acabando la primera vuelta

Eran 3 vueltas por la senda ecológica, lo que te ayuda a segmentar el sector, (divide y vencerás), pero antes de acabar la primera de ellas, la cabeza se había rendido: “Es imposible hacer una media maratón con el tute que llevas en el cuerpo”, “Si no acabas, tampoco es tan malo”, y otras lindezas parecidas ocupaban mis pensamientos cuando estaba entrando en la primera vuelta.
Me tomé el gel que me quedaba, y empecé a ver las cosas de otro modo: “ya casi está”, “ahora llegamos a la vuelta, y nos queda la mitad. Un tramo más, y completamos la segunda vuelta y entonces, la última, aunque sea andando…”, “esto está hecho”. Me cambió la actitud, e incluso me permitía bromear con los de los avituallamientos. Y así fue como hice la última vuelta poco más deprisa que andando, pero la hice.
La entrada en meta, no se puede describir. Cuando empiezas a correr por la moqueta azul, sabiendo que has terminado y escuchando los ánimos de la gente, es impresionante. Y si más allá del arco de meta, te espera tu mujer para abrazarte y colocarte la medalla de finisher, mientras el speaker te está dando la enhorabuena por acabar es, simplemente asombroso.

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Entrada triunfal a meta

Entrada triunfal a meta

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Me esperaba mi mujer

Me esperaba mi mujer

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Emocionante entrada en meta

Emocionante entrada en meta

ZMedalla_1706
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Ya tenemos el Medio de Toledo

Ya tenemos el Medio de Toledo

No me acordaba de lo pasado en los meses anteriores entrenando, cuando lo que apetecía era quedarte en casa calentito. Aunque no tengo yo todo el mérito. Tengo unos compañeros que me han seguido a estos entrenamientos y me han animado cuando ya no quedaban ánimos.

Gracias JuanJa, compañero de fatigas en esta aventura. Gracias al Chino y a Manolo por la cantidad de kilómetros recorridos juntos por esos caminos (y polígono). Gracias a Abel, por acompañarme a entrenos de bici, a pesar de estar pasándolo mal con la dichosa rodilla, y por estar ahí cuando nos ha hecho falta.
Muchas gracias a Gema, mi mujer, por aguantar mis nervios y permitir tanto entreno. Por sus horas en la cocina, cuidando mi alimentación.

Este reto está conseguido. ¿Lo próximo?

ULTRAMAN. Almagro, Septiembre 2015

ULTRAMAN. Almagro, Septiembre 2015

Juan Javier López-Rey Salas, finisher del Ultraman de Almagro. Primer Ultraman en territorio español (11,12 y 13 de septiembre de 2015. Almagro, provincia de Ciudad Real)
Esta es la historia de un sueño cumplido.
Empecé a correr en el 2010 apuntándome al Maratón de Madrid donde experimenté sensaciones nuevas para mí, sensaciones que me cautivaron.
En el año 2012 un amigo me apuntó a nuestra primera duatlón y ese mismo verano, debuté en mi primer triatlón q fue un medio ironman cross, el 22 leguas Canal de Castilla. Luego vinieron varios triatlones y carreras populares hasta q en el 2014 disputé el Ironman de Gandía. Lo vi llanito y dije,¡ quién dijo miedo, jejeje.! Lo acabé en 11h 05´ y muy contento, tanto que me empecé a plantear hacer un Ultraman en Gales o Canadá que era donde podía optar.
Y mira tú por donde, Trijote Series saca en marzo de este año el Ultraman de Almagro, y animado por los amigos, sin pensarlo mucho, me apunto. Cojo una cartulina, diseño un plan aproximado de entrenamiento de 25 semanas y dije “empieza otro sueño”.

Cartulina
Cartulina

La cartulina romántica

La cartulina romántica

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En la charla previa

En la charla previa

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Pensando lo que iba a hacer

Pensando lo que iba a hacer

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Posando con los compañeros

Posando con los compañeros

Y nada, intenté entrenar todo lo que pude, unas 11 horas semanales. Fueron 25 semanas en las que entrenas con mucha ilusión, a sabiendas de que sería algo duro. Sacas tiempo de donde puedes, compartes muchos entrenamientos con amigos del pueblo. Todo eso te enriquece, ilusionas a mucha gente con tu proyecto. Enseguida Abel Perulero, otro atleta popular de mi pueblo, dijo que contara con él para este proyecto. Compartí con él los entrenos más largos y duros por lo que le estoy muy agradecido.
Total, que con un equipo de apoyo compuesto por Abel Perulero, Veronica Bodas, Miguel Angel Carbonell, Rubén Privado e Isamar Cogolludo; me presento en Almagro a disputar esta prueba con muchos nervios e ilusión.

PRIMER DIA:10 KM NATACION Y 145 CICLISMO

Ya una vez en el 2014, nadé 10 km en la Ría de Vigo en el Desafío Islas Cíes. Con algo de respeto empecé a nadar en el Río Bullaque(Piedrabuena), pero conforme avanzaba, se fue disipando el miedo. Cada vuelta era de 2km, salía a tierra, repartía abrazos, bebía sales y glucosas y al agua. Total 3h y 31´

A continuación, tras quitarme el neopreno y avituallarme un poco, mi equipo de apoyo y yo nos lanzamos a la carretera en segunda posición (de 5 participantes) a por los 145 km de bici.

Ellos llevaban la ruta en el coche, orientando mi camino. Me avituallaban y me daban ánimos. Y Llegamos a Almagro después de un total de 9 horas y poco, en cuarta posición, la que sería a la postre mi posición definitiva.

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Preparado para Nadar

Preparado para Nadar

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Finalizando el sector de Natación

Finalizando el sector de Natación

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El primer día, pasado con nota

El primer día, pasado con nota

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Primer día: Vaya Resobo!!!

Primer día: Vaya Resobo!!!

SEGUNDO DÍA:276 KM DE CICLISMO

“Esto sí que da miedo”, pensaba, sobre todo porque tienes 12 horas para terminar, 4100 m de desnivel y nunca había hecho más de 182 km de bici. Aquí llegué al límite de mis fuerzas mentales varias veces porque las físicas se agotaron en el km 120. Sólo tiraba gracias a los ánimos de Abel y Vero, a mi compromiso con ellos por no defraudarlos. También me transmitían los ánimos de familia y amigos que venían por teléfono del exterior.
Llegó un momento, debido a la dureza del perfil en el cual estaba fuera de tiempo ya que con esa velocidad media no llegaba a Almagro en 12 horas que era el límite. Replanteamos el objetivo y pensamos de momento en terminar y así seguí pedaleando a ver qué pasaba. El perfil, el viento y la nueva incorporación de Rubén e Isamar mejoraron sobre todo mi estado de ánimo, volviendo a encontrar fuerzas.

Apreté los dientes y llegué a Almagro gritando por las calles con mis dos coches de apoyo, Bajé de la bicicleta y entré con ella a cuestas en la meta en algo más de 11 horas y media.
Madre mía qué paliza. Esa noche no podía ni cenar del cansancio. Vero me sujetaba el hielo en una rodilla que me dolía mucho mientras yo cenaba a duras penas.

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Entonces... ¿seguimos?

Entonces... ¿seguimos?

Dia2Ruben
Dia2Ruben

Rubén apoyándome

Rubén apoyándome

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Entrada en Meta

Entrada en Meta

Dia2_final
Dia2_final

También acabamos el segundo día

También acabamos el segundo día

TERCER DIA: 84 KM DE CARRERA (2 MARATONES)

Estaba deseando que llegara este día pero bajaba la escalera cojeando por la rodilla y dije a Abel, no se si este dolor me dejará correr o irá a más. Él dijo, tranquilo, cuando calientes se pasará. Y así fue, conforme pasaban los kilómetros el dolor se iba quitando. Fui corriendo con Abel al lado en bici de montaña acarreando el avituallamiento.
Más tarde Vero subió a la bici y Abel continuó corriendo hasta que la bici pinchó y no teníamos el repuesto apropiado por lo que hubo que cargar con ella del manillar algunos kilómetros. Tras poner cámara nueva, llegamos a Almagro haciendo la primera maratón en 5:03 y, al poco, nuevo pinchazo en la otra rueda. Otra vez lo mismo.
En el km 50 llegó Rubén Privado y me acompañó y llevó el agua a cuestas otros cuantos km.

Km 58 carrera a pie:
¿ por qué hago esto, que necesidad tengo de estar aquí sufriendo y pasándolo mal?, esto la gente no lo entiende, ¿tú lo entiendes?, ¡arrrggg!
Es difícil de explicar, pero ¡mira macho!, los pelos de punta, ¡qué emoción!.
A veces me gustaría explicar a la gente lo que supone hacer esto para que lo comprendiesen.
Hacer algo tan duro te hace mejor persona, te hace valorar más las cosas, te hace disfrutar de todo un poco más, y hace que veas la vida desde un punto de vista mejor.
¡Dios, vamos, venga!
¿Y por qué no lo cuentas? (decía Rubén) ”
Así estuvimos un rato los dos a solas con este lío
Ya cuando quedaban 12 km, relevaron a Rubén, Abel y Vero, los tres a pie. Con ellos compartí estos últimos km. En Almagro me esperaba mi familia. Llegamos en 10 horas y media.

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En la salida. Ya solo quedan 2 maratones

En la salida. Ya solo quedan 2 maratones

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Empezamos a correr

Empezamos a correr

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Algún problemilla hubo de intendencia

Algún problemilla hubo de intendencia

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Nunca estuve solo

Nunca estuve solo

La emoción es indescriptible. Es un esfuerzo inmenso pero la recompensa es mucho mayor.
Gracias al cielo por poder hacer esto y sentir estas cosas.
Gracias a mi equipo de apoyo sin el cual no hubiera podido terminar la prueba.
Gracias a mi madre por su cocina mediterránea y por todo lo demás.

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Un sueño más conseguido

Un sueño más conseguido

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Con el plantel al completo

Con el plantel al completo